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lunes, 11 de abril de 2011

La curiosidad de Mi.

Allí me encontraba, rodeada de niños y de preguntas. Una retahíla de interrogantes me empujó hasta uno de los niños. Los primeros sonidos que emití fueron ininteligibles o al menos eso era lo que la cara de circunstancia del niño me hizo entender. No obstante, supongo que el que sea un personaje surgido de un folio tampoco ayuda demasiado. 

En un segundo intento, no sé si por pronunciar correctamente o por las ganas de entender y de que me entiendan, empecé a preguntarle. Y esto fue lo que me contó... 



Hablamos de deseos, de que quería ser de mayor y como era ahora, de qué haría si no hubiera escuela.
Tener una hora de recreo y ser rico son algunos de sus deseos. Se considera un “niño normal”, tranquilo, le gustan las gominolas y jugar todas las tardes con sus amigos. Le gustan los Simpsons y leer TBOs que su madre le trae de la biblioteca, como Mortadelo y Filemón; Pepe Gotera y Otilio; Botones Sacarino; el Rompetechos y 13 rúe del Percebe.
Con 20 años se imagina viviendo en casa con sus padres, con 40, con hijos y “haciendo sus deberes” y con 70 años, “viejo, con bastón, con gafas, con entradas y sin miedo”.
En el caso de que desaparecieran las escuelas de la faz de la tierra intentaría aprender por él mismo y las repercusiones más inmediatas que ello conllevaría es que “no tendríamos trabajo de mayores”.
Un día sin colegio dice que no haría “nada…”; “dormir, ver la tele (un canal de dibujos animados llamado Boing), salir a la calle y leer sus TBOs favoritos”. 
El niño, con ganas de correr de nuevo, chutó y empezó a perseguir el balón. “Me tendré que poner en forma” pensé. Y me puse a pensar sobre lo que me había explicado, 



¿y el resto de niños, pensarán parecido?

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